Crónica de un domingo diferente

Aaaaaah, sí.
 
estamos un poco fuera de ritmo capaz...
 
las cosas vienen así en este blog parece. hay un tempo particular dictado desde afuera, el que recorre al impulso de este que escribe. el que hace que un tiempo libre sea tiempo seráclown.

toca el gusto sí que toca de presentar un último hemosvistoícaro. llega unos meses después de una función que todavía resuena en montevideo.

El que llega al blog es el Emi. Corto. Amigo payaso montevideano con el que compartimos caminos y que anduvo investigando también en el rumbo del teatro de la caricia, desde el Teatro Azur.

Y es un gusto tener acá está crónica y comentar en el aire un par de cositas antes de dejarlos con ella, aunque si quieren capaz que mejor vuelvan a lo que sigue después de leer el texto.... ¡a su gusto!
 
Entonces... pa mí que cuando Emi dice "no logro salir de allí o más bien de mí", traduce en esa confusión clarita, un estado de ánimo: del orden del susurro, que llega de una creación escénica que convoca, de la que parece imposible salir in·diferente. Una convocatoria que anima, que da fuerza, que ríe junto a uno y que de repente todos nos escapamos...
 
...y que al salir aparece como un movimiento que no conseguimos distinguir. que no es tan festivo, con el que no sabemos que hacer, que nos tiene en velo. un movimiento que mueve.
 
Que está por ahí revoloteando, es seguro (pero "a seguro se lo llevaron preso", dicen en Durazno)... que no termina acá también... que hay que hacerse alas y aguarda con el sol... que es difícil de explicar... porque es otra cosa.

chin chin, Emi.
 
........
 
Domingo, llego con amigos al Solís pero por desorganizado tengo que sentarme sólo en el teatro, lejos de mis conocidos. En pocos días me voy a vivir a otro país. Sale Danielle y hace el prólogo, elige luego a su partener para esa noche, una muchacha.
 
Suben y comienzan.

Desde el momento que el telón muestra la escena y comienza el juego no logro salir de allí o más bien de mí. A través de la obra y lo que va sucediendo voy pasando por distintos estados, lugares, emociones, sensaciones, recuerdos. Definitivamente logro comprender enteramente el con-mover del Teatro de la Caricia que tanto había leído y buscado.
 
Junto con los personajes y viajo por sus mundos, me pierdo en sus pensamientos y sueños que siento propios, que me tocan.

Termina.

Me siento chiquito. Quiero preguntarle, por qué.

Vuelvo de a poco a ser conciente del entorno

Me quiero ir en silencio y por donde menos me vean. Me encuentro con mis amigos. Vamos a esperarlo. Voy poco convencido. Me quiero ir.
Se movió algo, no logro distinguir.
Pasamos por un bar a comer.

Me voy. En medio de la noche me despierto y lloro un rato. Luego calma. Ganas de buscar, de seguir el vuelo, con cuidado del sol pero seguir.

Hay mucho para descubrir de esto todavía. Esto no terminó por aquí.

Podríamos volver a escribir sobre esto en seis meses a ver qué pasa.